27 feb 2014

Capitulo 17

  Caminábamos riéndonos. Realmente la pasaba increíble con ella. Estábamos llegando a la fuente cuando de repente alguien tapó mis ojos…


 - Estás hermosa. – Susurró en mi oído. De inmediato supe quien era.


  Destapo mis ojos y me di media vuelta para verlo. Tenía una rosa en sus manos.


 - Es para ti. – Dijo entregándomela con una amplia sonrisa.
 - Gracias. – Bese su mejilla.


  Por el rabillo del ojo miré a Ana que miraba con ternura la escena.


 - Y ¿Juan? – Pregunté al no verlo.
 - Ya debe estar por llegar. – Dijo. – Si quieres lo esperemos en aquel banco. – señaló.
 - OK. – Dijimos al unísono.


  Diez minutos después llego Juan. Pude ver una sonrisa en el rostro de Anabel, realmente le gustaba.


 - Perdonen el retraso. – Dijo llegando a nosotros. – tuve un inconveniente. – Sonrió al ver a Anabel.
 - Y ¿A dónde iremos? – Preguntó Ana.
 - ¿A dónde quieren ir ustedes? – dijo Estevanez.
 - Al cine estaría lindo. – dijo Ana.
 - Si… - Concordó Juan.
 - Entonces iremos al cine. – Dije sonriendo.


  Los  cuatro caminamos hasta el cine, cuando llegamos Ana y Juan se encargarían de comprar las entradas mientras que Sebastián y yo las palomitas y las bebidas
  

 - ¿Sabes? – Dijo Sebastián mientras esperábamos nuestro pedido. – Lo de esta mañana… - Dijo algo nervioso.
 - Oh. – Dije avergonzada. – eso fue algo que no debió pasar.
 - ¿Cómo? – Dijo confundido.
 - Lo de la mañana sólo fue un error.
 - Pensé que sentías lo mismo que siento yo por ti. – Dijo algo decepcionado.
 - ¿A qué te refieres? – Dije confundida.
 - Tú me gustas Carina. – Dijo agachando la cabeza. – Pero gracias por hacerme saber que no sentías lo mismo por mí. – Tomó las cosas que ya estaban listas y fue a la fila para entrar a ver la película.


  ¿Por qué me sentía tan mal? En ese momento me di cuenta de que él no era malo… Era dulce y tierno.
  
  Pero en que estaba pensando… Había cometido un grave error. Mezclar lo personal con el trabajo. Ahora sería más difícil deshacerme de él. Suspiré. Tal vez Anabel si tenía razón, me estaba gustando Estevanez.

  La chica me dio las cosas que faltaban y me fui con los demás. Estaba silenciosa y callada mientras Juan, Sebastián y Anabel conversaban de un tal Alex que ni conocía. Diez minutos más tarde entramamos a la sala. Por casualidad Juan y Ana se sentaron juntos, mientras que yo quede entre Ana y Sebastián. Esto se estaba poniendo incomodo.    
  
  Nadie decía nada… Todos estaban atentos a la película. Por accidente puse mi mano sobre la de Sebastián, la cual retiró bruscamente en señal de que todavía seguía disgustado.

  Suspiré. Esto no podía seguir así… Se sentía feo.


 - ¿Puedo hablar contigo unos minutos? – Dije susurrando en su oído. Él sólo asintió con su cabeza.


  Nos levantamos y fuimos hasta el último de todos los asientos para no molestar a los demás. Ana y Juan ni si quiera se dieron cuenta.


 - ¿Qué quieres? – Dijo molesto.
 - Hay algo que no te he dicho. – Dije agachando la cabeza.
 - ¿Qué? – Me miró.
 - Tú también me gustas. – Miré sus ojos, los cual me miraban atentamente.
 - Pero… Pero… - Dijo tartamudeando.
 - Si… Lo que pasó esta mañana no debió pasar… Pero no significa que no me gustes.


  Un silencio incomodo se apoderó del momento. No podía parar de mirar sus ojos cafés tan profundos. Poco a poco comenzó a inclinarse. Ahora mi vista se posaba sólo en sus labios… Esos labios rosados y lindos que se veían tan tentadores con el resplandor de la pantalla. Cada vez sentía su aliento a menta chocar contra mi rostro. Sin pensarlo puse una mano en su mejilla y él puso otra en mi cintura…


 - Se que es muy pronto para decirte esto pero… - Susurró sobre mis labios. – ¿Quieres ser mi novia? —