Terminé de limpiar su herida y le coloqué una bandita.
-Gracias. – dijo sonriendo.
- De nada.
El camino continuó silencioso, ninguno decía nada, él se
notaba nervioso y ¿yo? Bueno yo igual que siempre.
- Y… ¿Vas a salir este fin de semana? – preguntó Estevanez.
- No, voy a quedarme en casa.
- ¿En serio? – Empezó a reírse.
- Que estúpido… - Murmuré pero él lo alcanzó a escuchar Yo
comencé a caminar dejándolo atrás.
- ¡Oye! Espera, no te vayas… - Dijo tomándome del brazo.
- No me toques. – Dije zafándome.
- En serio perdóname… - Dijo tomándome de los dos brazos. –
eres una chica muy linda y dulce y no me gustaría estar mal contigo. – Dijo
acercándose a mí.
Una de las cámaras de Gabriel me estaba enfocando. No podía
dejar que él me viera besando al enemigo. Aunque tuviera ganas no podía, Gabriel
iba a matarme.
- Que tal si mañana salimos a cenar o tomar un helado. –
sugerí antes de que me besara.
- Esta bien yo invitó. ¿Quieres que te pase a buscar? –
Preguntó.
- No no no no – Dije rápidamente. – Nos encontramos.
- Esta bien. Mañana te paso la dirección.
- Adiós. – Dije besando su mejilla.
- Adiós. – Sonrió como un tonto.
Comencé a caminar asegurándome de que no me viera entrar a la
casa. Cuando entré estaba Gabriel en el sillón de brazos cruzados.
- ¿Cómo te fue hoy Cari?
- Bien, normal como a cualquier persona.
- Y ¿Por que Sebastián trató de besarte?
- ¿Me espiaste?
- No es mi culpa que se paren justo en frente de la cámara –
levantó la voz.
- Mira, a mi me bajas la voz… NO VOY A DEJAR QUE SEBASTIÁN ME
BESE ¿Entendiste?
- Carina tu deber es matarlo, no enamorarte.
- ¿Quien dijo que me iba a enamorar? Es mi primer día y ¿Piensas
que estoy loca por él?
- ¿Que pasa aquí? ¿Por qué discuten? – Dijo Malena entrando a
la sala.
- Este idiota piensa que me enamoré de Sebastián
- Cuídate cuando te refieres a mi mocosa… - Dijo queriéndome
levantar la mano.
- GABRIEL – Exclamó Malena. – Esto es parte del plan. Hacer
que Sebastian se enamore de Carina.
Gabriel se quedó callado.
- Subiré a mi habitación. – Dije yendo hacia las escaleras.
Entré y me tiré en la cama, estaba cansadísima. Era un poco
difícil caminar con tacos de esa altura.
Me cambié y encendí la tele quería distraerme un poco, aún me
faltaba monitorear las cintas de video. Era trabajo duro, fingir ser una
adolescente normal y luego ser espía tiempo completo.
- Toc toc – Golpearon mi puerta.
- ¿Quién es?
- Soy Gabriel.
- Vete. – Dije molesta.
- Carina ábreme.
- Está abierto. – Dije.
Él estaba con sus manos atrás.
- ¿Que quieres? – Dije enojada.
- Pedirte disculpas. Creo que me puse celoso… - Dijo agachando
su cabeza.
- Estuviste a punto de pegarme, si no fuese por Malena lo
hubieses hecho. – Dije seria.
- Es que ustedes no me habían dicho nada sobre ese plan. –
Dijo. – y ao pensé que en verdad…
- ¿Lo iba a besar? – Levanté mi ceja.
- Si. – Suspiró. – Es que me cuesta creer que ya estas
creciendo. – Me abrazó.
- Te quiero idiota. – Le correspondí el abrazo.
- Yo también mocosa. – Dijo riendo.
- Pero por más celoso que seas el plan de enamorar al tonto de
Estevanez para matarlo sigue en pie. – Dije cuando me aparte.
- Está bien. – Dije revoleando los ojos. – Mira. – Dijo
sacando una caja roja de atrás.
- ¿Qué es? – pregunté.
- Es un collar. – Lo abrió. Era hermoso. – Es de mamá. – dijo.
– Los policías esa noche lo encontraron tirado en el suelo. – Añadió. – Pensaba
dártelo más adelante, pero veo que es hora.
- Gracias. – Lo abracé.
- ¿Como estuvo tu día?
- Normal. – Dije volviendo a la cama. – Tengo una amiga nueva.
- Oh no. Está por llover… El apocalipsis. Se acaba el mundo. –
Dijo riendo.
- ¡Hey! – Exclamé.
- Es que es raro que Carina Zampini tenga una amiga. Ni si
quiera con las demás empleadas de la agencia tuviste el menor de los tratos.
Excepto Malena. – Dijo subiendo una ceja. – Lo cual me extraña.
- La chica es buena. Me agrada. – Dije sin darle importancia.
- Que bien. – Dijo sonriendo.
- y ¿Tú viste algo nuevo? – Pregunté.
- No. Sólo me quede en casa con Malena. – Dijo.
- Ajam – Levanté una ceja. – Y ¿Que estuvieron haciendo? –
Reí.
- No pienses mal. – Dijo colorado.
- Deberías conseguirte amigos varones. – Dije.
- ¿Para qué?
- Siempre andas con mujeres… - Contesté. – ¿No serás gay o si?
- NO – Exclamó.
- Nunca te he conocido una novia. – Dije
- Porque nunca tuve una
- Entonces, si ¿Eres gay? – pregunté sólo para hacerlo enojar.
- QUE NO SOY GAY. – Dijo molesto.
- Esta bien no gay. – Dije riendo.
- ¿Averiguaste algo de los Estevanez? – Preguntó para cambiar
de tema.
- Si, ya les pasé los datos a Malena. – Dije
- Esta bien. – Se fue a la puerta. – te dejo descansar.
- Ok.
Me recosté y cerré los ojos un instante, luego me dormí.
Malena me despertó, era hora de la cena. Después de cenar
revisamos un par de cintas de vídeo, 3 autos negros entraron en la casa de los Estevanez.
Lo cual era rara, luego volví a la cama.