13 feb 2014

Capitulo 10

 - ¡Suéltame! Aún no termino con ella… - Dije pataleando.
 - ¿Carina sabes que pueden expulsarte? Tienes suerte de que ningún maestro estuviese… - Dijo dejándome en una banca.
 - Hubiese corrido el riesgo… - dije acomodando mi cabello.
 - No digas eso Carina, yo me hubiese vuelto loco sin ti. – Dijo ruborizado.
 - ¿Cómo? – Dije confundida.
 - Que me he encariñado mucho contigo.
 - Oh… - dije sorprendida.
 - Tienes un pequeño rasguño en la mejilla. – Dijo tocándome
 - Esa zorra… - maldije. – No es nada a comparación como la deje. – Sonreí al acordarme.
 - Te recomiendo que no armes líos. –dijo serio.
 - Yo no comencé.
 - No digo que seas tú la que comenzó todo… pero si algo sucede sólo no le hagas caso.
 - Así no funcionan las cosas. – Fruncí el ceño.
 - Aquí sí.
 - Yo no me voy a quedar con los brazos cruzados… - Dije molesta. – Esa estúpida se metió con la persona equivocada.
 - Tranquilízate. – Tocaron el timbre. – Debemos ir clases… - Me extendió la mano.
 - Ok. – La tomé.


   Caminamos hasta el salón y luego me senté con Ana. Ella me contó como Victoria lloraba desconsoladamente y se refregaba el rostro.


 - Wow Cari nunca pensé que harías eso… - Dijo Ana sorprendida. – Debiste ver como le quedo la cara a Victoria. – Dijo riendo.
 - La pobre pensó que no haría nada.
 - Se lo merecía… - Añadió. – Era hora de que alguien la acomode en su lugar… - reí.


  Las clases continuaron normal… No volví a ver a Estevanez.

  Cuando volví a casa le conté a Malena lo que había sucedido.


 - ¡Carina! ¿En serio hiciste eso? – Dijo sorprendida.
 - Ella se lo merecía – Exclamé. – Me llamó mugrosa.
 - Menos mal que ningún maestro te vio…
 - Si. – Suspiré. – Oye ¿Te puedo pedir un favor?
 - Am si
 - No le digas nada de esto a mi hermano. – Dije.
 - ¿Por qué? – Preguntó.
 - Porque me regañaría y armaría un escándalo. – Expliqué.
 - Está bien no le diré nada. – Dijo yendo a la cocina.
 - Estevanez me llevará a “Miraflores” – Mencioné.
 - ¿Qué? – Volvió corriendo. – Ese restaurante es hermoso. – dijo emocionada.
 - Lo sé. – Dije seria. – A las 20:00 lo veré allí. ¿Ya tienes las cosas listas?
 - Si sólo falta Gabriel.
 - Me iré a duchar.


  Abrí la llave de la ducha para que se fuera entibiando y tomara temperatura agradable. Luego de ducharme escogí algo para ponerme. http://www.polyvore.com/dhsagdjhsgdjhasg_yes/set?id=71693512


 - Cari. – Dijo Gabriel. – Necesito que… - Se calló al verme.
 - ¿Qué? – Dije.
 - Ni pienses que vas a ir así jovencita. – frunció el seño.
 - Gabriel, no empieces… - advertí.
 - Eres demasiado chica para usar eso.
 - ¡GABRIEL! – Exclamé. – Tengo 16.
 - Como dije, demasiado chica.
 - Basta
 - Como sea… - Revoleo los ojos. – Toma ponte esto en uno de tus aros.
 - ¿Qué es?
 - Es un pequeño micrófono para poder escuchar lo que dice. – Mencionó.


  Terminé de arreglarme y baje. Malena ya estaba con un bolso negro en la mano.


 -¿Lista? – Sonrió
 -Eso creo. – Dije nerviosa.
 - ¿Tu primera cita? – Dijo levantando una ceja.
 - No es una cita – Fruncí el ceño.
 - Como digas. – río.


  Malena me llevó en su auto hasta el restaurante, mientras Gabriel venia en una camioneta especial atrás de nosotros.


 - Muy bien cariño. – Dijo cuando llegamos. – Ya sabes. trata de sacar toda la información que más puedas. – sonrió.
 - Esta bien. – Dije bajando del auto.
 - Espera… - Me detuvo.
 - ¿Qué?
 - Toma – Me dio un pequeño lápiz labial.
 - ¿Para qué me das esto? –Pregunté confundida.
 - Por si te besa. – Dijo riendo.
 - Cállate. – Fruncí el ceño.
 - Anda ve, que se te hace tarde.- arrancó el auto.


  Llegué hasta la puerta del restaurante. no había señas de él por ningún lado. Decidí entrar y esperar en una de las mesas. Un mesero se acercó a tomar el pedido… Sólo pedí un vaso de agua.

  Seguí esperando. Eran las 22:15 y él no aparecía. *¡Genial! Mi primera cita y me dejan plantada* – pensé.

  Me levanté de la mesa y me fui hasta la puerta… Iba a decirle a Gabriel que me llevara a casa. Lo único que había hecho era perder el tiempo.


 - Hey ¿A dónde vas? – me tomó del brazo.
 - A casa. – Dije molesta.
 - Oh vamos… No te enojes, se me hizo tarde. – Dijo
 - Pedro, son las 22:19 esa no es hora de llegar. – Dije molesta. – Al menos me hubieses avisado que llegarías tarde.
 - Es que… - Suspiró. – No me dejaban venir y me escapé.
 - ¿Como que no te dejaban venir? – subí una ceja.
 - Es algo difícil de explicar, no entenderías. – Miró hacía abajo.
 - Esta bien no me digas.
 - ¿Aún quieres cenar conmigo? – Preguntó tímido.
 - OK. – volvimos a entrar.


  Como todo un caballero me acercó la silla al sentarme. Cuando se sentó en frente de mí, me observó por unos minutos.


 - Que linda te ves. – Me sonrió.
 - Gracias.
 - En dos semanas haré una fiesta en mi casa. – Dijo. – ¿Quieres ir?
 - Si, iré con Anabel. – Sonreí. – ¿Tus padres te dejan hacer una fiesta? – Pregunté.
 - Si… mamá está de acuerdo y papá vuelve en un par de días. – Sonrió nerviosamente.
 - Cuéntame más sobre tu padre. – Me le acerqué un poco más… —