A la mañana siguiente me desperté por los rayos de sol que se
colaban por el balcón.
Me levanté y me duché como de costumbre, Luego me cambié: http://www.polyvore.com/aserejejadejedejedetudejevesiounamajaviandebuguiandewuidididi/set?id=57216413
y bajé a desayunar.
- Cari buen día. – Dijo Malena.
- Buenos días. – Dije.
- ¿Como amaneciste? – preguntó Gabriel.
- Bien… - Dije bebiendo jugo de naranja.
- Con Gabriel estuvimos hablando y… - Interrumpí.
- Saldré con Sebastián esta noche. – Dije.
- ¿QUE? – Dijo Gabriel escupiendo café.
- Cálmate Gabriel. – Murmuró Malena.
- Ayer me invitó a salir y le dije que sí. Pensé que sería una
mejor forma para sacarle más información. – Dije mordiendo una tostada.
- Muy bien pensado – Me felicitó Malena.
- Iré contigo. – Dijo Gabriel serio.
- ¿Qué? – Dijimos con Malena.
- Si, para asegurarme de que no se propase.
- ¿Estás loco? – Dijo Malena. – ¿Sabes qué? Vas a ir, pero vas
a estar de una camioneta monitoreando lo que él dice.
- Esta bien. – aceptó. – Mientras lo vigile.
- Me voy. – Dije tomando mi bolso.
- Cuídate. – Dijo Malena antes de que saliera.
Caminé hasta la escuela y en la entrada me encontré con Ana.
- Hola – Exclamó emocionada. – ¿Como estas?
- Bien bien. – Sonreí. – Y ¿tú?
- Excelente. – dijo y comenzamos a caminar. – Me enteré que en
dos semanas habrá una fiesta en casa de Pedro Verdier.
- ¿En serio? – Dije sorprendida. *Esto me será de ayuda*
pensé.
- Si, me imagino que iras. – dijo subiendo una ceja.
- Obvio. – Dije riendo.
- Genial… iremos juntas.
Llegamos hasta nuestros casilleros, mientras hablábamos de
cosas sin sentido. Sentí unas cálidas manos en mi cintura. Me estremecí un poco
al sentir el tacto, pero me volteé rápidamente a ver quién era.
- Hola linda… - Dijo con un tono seductor.
- Pedro. – Dije sorprendida.
- Sólo quería decirte que te veré en “Miraflores”, ¿Sabes dónde
queda verdad? – Preguntó.
- Si. – Dije insegura.
- Ok, estaré ahí a las 20:00. – Beso mi mejilla.
Lo vi alejarse por el pasillo, un pequeño suspiro se escapó de
mi boca.
- Con que ya tienes una cita con Pedro… ¿Eh? – Dijo picarona.
- ¿Que tiene? Sólo es de amigos. – Dije ¿Nerviosa?
- Claro amigos… - Dijo no convencida.
Entramos a clases de matemáticas, la hora se pasó rapidísimo
con Ana, siempre era una fiesta con esa chica
Fuimos a la cafetería ni bien sonó el timbre de receso.
- Oye, no te sientes ahí. – Dijo Ana.
- ¿Por qué?
- Esa es la mesa de Victoria.
- ¿Y? – Dije sin importancia.
- Nadie ocupa su mesa. – Dijo susurrando.
- Pues ya llegó ese alguien. – Dije sentándome de todos modos.
- Ok, pero que conste que te lo advertí. – Dije sentándose
insegura.
Comenzamos a conversar de cosas en común mientras comíamos
frutas y tomábamos nuestro jugo. Teníamos varias cosas en común, me sorprendía.
Jamás me había llevado con una persona tan bien en años
Una mano tocó mi hombro cuando me giré…
- Levántate de mi asiento, mugrosa. – Dijo una rubia mal
teñida detrás de mí.
- ¿Perdón? ¿Cómo me llamaste? – Dije parándome. Toda la
cafetería nos miraba.
- ¿Eres sorda? – Dijo subiendo una ceja.
- Disculpa, es que no entiendo tu idioma de mono. – Sonreí
falsamente. Ana moría de la risa.
- Como te atreves… - Dijo acercándose amenazante.
- No te tengo miedo. – Dije seria.
- No me conoces aún.
- Tú menos a mí, por lo que te recomiendo que no me molestes.
– amenacé.
- Y ¿Que vas a hacer? Mugrosa. – Me empujó. Toda la cafetería
dijo “Uhhh”
- Ahora si… - Me saqué mi chaqueta color blanco. – Tú te lo
buscaste.
Antes de que pudiese reaccionar la tomé por los pelos y la
bajé hasta el piso, le pegué dos o tres bofetadas… Luego Sebastián apareció por
detrás, me sujetó de la cintura y me sacó de la cafetería… —