3 feb 2014

Capitulo 5

 - Sr. Verdier, que le dije sobre llegar tarde a clases – Exclamó la profesora al ver al muchacho entrar bruscamente.
 - Lo siento, Prof. – él estaba de espaldas.
 - Ya, siéntate. .- Dijo.


  Cuando dirigió su mirada a la clase buscando un asiento disponible, vi su cara. Era Estevanez.
  Lo seguí discretamente con la mirada. Era más lindo en persona. Su cabello de hermoso y sus ojos de brillante. Su piel morocha y lisa. Su perfume se desprendía a medida que caminaba.
  Se desplazó hasta donde yo estaba y se sentó a mi lado.


 - Muy bien como les decía… - Continuó la profesora


  Me estaba durmiendo. La clase era bastante aburrida, la verdad no tenía interés en esto. Hasta que…


 - Hola ¿Eres nueva? – Preguntó Estevanez.
 - Si. – Contesté fría.
 - Oh. – Calló unos segundos. – y… ¿Cómo te llamas? – Preguntó.
 - Carina Bejarano. – Contesté del mismo modo.
 - Lindo nombre. – Sonrió.
 - ¿Y tu? – Pregunté.
 - Soy Pedro Verdier. – dijo Sonriendo.
 - Que bien.
 - Am… y ¿De dónde vienes? – Preguntó curioso.
 - Rio Negro.
 - Wow… - Exclamó. – ¿Hace mucho vivías allí?
 - Eres policía o que... – Dije un poco irritada por tantas preguntas.
 - Lo siento. – rió por lo bajo. – Soy muy sociable.
 - Ya veo. – Contesté Fría.
 - Srta. Bejarano y Sr. Verdier – Exclamó La Sra Norris. – Están interrumpiendo la clase.
 - Sinceramente Sra. no me interesa su clase. – Dije seria y todos hicieron la típica reacción del “Uh”. La maestra abrió grandes sus ojos.
 - ¿Disculpe?
 - ¿Es sorda? – Dije molesta. Todos me miraron – No me interesa su clase. – Remarqué “interesa”
 - Es mi culpa… Yo empecé. – Dijo Estevanez.
 - Los dos afuera – exclamó la profesora.


  Me levante sin decir nada, tomé mis cosas y salí por la puerta. Dos minutos después Estevanez salió y me buscó con la mirada. Yo sólo empecé a caminar sin rumbo.


 - Oye espera… - Dijo llegando a mi lado.
 - ¿Qué? – dije sin dejar de caminar.
 - ¿A dónde vas? – Preguntó.
 - Por ahí. – Dije cortantemente.
 - Si quieres podemos ir a la cafetería y conocernos un poco más… - Dijo seductor.
 - No tengo mucho que contar. – Seguía caminando sin saber a dónde ir.
 - Pero… - Tomó mi brazo haciendo que me detuviera. – me gustaría pasar el tiempo contigo. – Me miro fijamente a los ojos.


  Me perdí por unos segundos en esos hermosos ojos cafés. Por primera vez sentía algo en mí… Algo muy raro. Él comenzó a acercarse más hasta el punto en que sentía su respiración. Sabía muy bien lo que quería hacer.

 - ¡Alto! – Dije sobreponiendo una mano delante de su rostro.
 - Oh! – Exclamó avergonzado. – Disculpa yo sólo me dejé llevar… - Dijo con un color rosado en sus mejillas.
 - Está bien. Te disculpo.


  Me guío hasta la cafetería. Ninguno decía nada hasta llegar a destino.


 - ¿Qué quieres tomar? – Preguntó nervioso.
 - Un café estaría bien. – dije tratando de sonreír. Se supone que me tengo que ganar su confianza.


  Mi celular sonó indicando que un mensaje de texto había llegado. Me senté en una mesa.


 Mensajes:
 De: Malena
 Para: Carina

 - ¿Encontraste a Estevanez?

 De: Carina
 Para: Malena

 - Si, estoy con él.

 De: Malena
 Para: Carina

 - Trata de averiguar más sobre su padre y el negocio que tienen.


  Guardé mi celular en el bolso y Estevanez llegó a la mesa con dos cafés.


 - Aquí tienes. – Dijo entregándome el vaso.
 - Gracias.


  Un silencio incomodo apareció de por medio.


 - ¿Hace cuanto que vienes a esta escuela? – pregunté. Ahora comenzaría interrogar. —