–Narrador Sebastián –
Estaba recostado en mi cuarto viendo el techo y pensando que
sólo faltaban unas horas para que mis padres apagaran las luces y se fueran a
dormir. Para que me pudiera escabullir por mi ventana e ir a dormir con mi
preciada novia Carina.
Me estaba por ir cuando escuchó una conversación telefónica de mi padre. Me pegue bien a la puerta de su habitación para poder oír mejor lo que hablaba.
- Si, ya sé quién es la agente encubierta.
Si la he visto una vez pero nunca sospeché que fuera ella.
No creo que deba decirlo ahora, está durmiendo.
Sé que debe saberlo pero aún no quiero involucrarlo, por lo menos hasta que eliminé a la perra esa.
Acá el que dice las órdenes soy yo. ¿Entendido?
No aún no.
No podemos ir a su casa ahora, seguro están llenos de custodia.
Te llamo después confirmando que es lo que vamos a hacer.
Ok, adiós.
Si la he visto una vez pero nunca sospeché que fuera ella.
No creo que deba decirlo ahora, está durmiendo.
Sé que debe saberlo pero aún no quiero involucrarlo, por lo menos hasta que eliminé a la perra esa.
Acá el que dice las órdenes soy yo. ¿Entendido?
No aún no.
No podemos ir a su casa ahora, seguro están llenos de custodia.
Te llamo después confirmando que es lo que vamos a hacer.
Ok, adiós.
Volví rápidamente a mi cama y me tape fingiendo dormir. Mi
padre entró y echó un vistazo. Todo tranquilo. Espere a que cerrara la puerta y
me senté en la cama. ¿Quién sería la agente encubierta? Y ¿Por qué mi padre no
quería decirme?
Deje de lado mis pensamientos y me escabullí para ir hasta la
casa de mi novia.
–Narra Carina –
Estaba acostada mirando televisión cuando un mensaje de texto
había llegado a mi celular.
Mensaje:
De: Sebas
Para: Cari
Para: Cari
- Cari, estoy por subir.
Dejé el celular en la cama y me dirigí al balcón donde veía
como Sebastián trepaba sin dificultada hasta ahí. Al llegar lo ayudé a entrar y
luego sin pensarlo me tomó desprevenida y me besó.
- No veía las horas de verte. – Sonrió.
- Yo también. Te extrañé.
A la mañana siguiente silencié el despertador para que Gabriel
no lo escuchara. Sebas dormía abrasado a mí como si fuera un niño. Sonreí ante
tal escena.
- Hey. – Susurré. – Sebas ya es hora.
- Sólo cinco min. – Dijo aforrándose a mí.
- No, Sebas. – reí por lo bajo. – Se te hará tarde. Tienes que
llegar a tu casa.
- No – Dijo refunfuñando. – No quiero volver a casa, Menos si
esta mi padre.
- ¿Por qué? – Pregunté.
Logan se sentó en la cama, me tomó las manos y luego me miró
fijamente.
- Lo que te voy a decir ahora es algo muy serio y no quiero
perderte ni que te asustes…
- Ok. – Dije fingiendo confusión. Sabía muy bien lo que iba a
decirme.
- Mi padre es un mafioso y quiere involucrarme en el negocio…-
Soltó. – Y anoche escuché una llamada de él. Han encontrado una agente y van a
asesinarla. Después de que la maten va a incluirme en su negocio. – Hizo una
mueca triste. – No quiero. Yo no quiero estar ahí, ya se lo había dicho pero no
hay forma de que cambie de opinión.
- No sé qué decirte… ¿Tú ya sabes quién es ella? – pregunté un
poco asustada.
- No, tampoco lo quiero saber, no quiero tener que ver con
eso.
- Oh… Bueno supongo que ya vas a encontrar la solución. –
sonreí.
- No vas a dejarme o ¿Si?
- Como crees eso – Exclamé. – Nunca te dejaría. – dejé un
tierno beso en su mejilla.
- Eso me deja más tranquilo. – Sonrió. – Debo irme. –
refunfuño. – te veo luego. – besó mis labios y se marchó.
Esperé hasta verlo abajo y salí corriendo hasta la habitación
de Malena.
- Malena – Entré a su habitación. – Male… - Callé. Ella estaba
durmiendo con Gabriel. – ¿Qué es lo que sucede aquí? – Pregunté riendo. Los dos
se miraron avergonzados. Gabriel se tapó la cara con la sábana mientras Malena
se levantaba riendo.
Las dos nos dirigimos a la cocina y le conté lo sucedido. —