Nos quedamos ahí por varios minutos hasta que alguien tosió
detrás de nosotros. Rápidamente me alejé asustada y ahí estaba quien más me
temía.
- Caria, ¿Qué haces? – Dijo con el ceño fruncido.
- Yo… yo… yo… - Tartamudeé. – Él y yo... y él… - Estaba
nerviosísima que no podía articular ninguna palabra.
- Soy su amigo. – Sonrió Sebas rápidamente. – Soy Sebastián un
gusto. – Le extendió la mano lo cual Gabriel no la tomó.
- Carina métete adentro. – Dijo serio y frío.
- Esta bien… - Agaché mi cabeza. – Adiós Sebas… - Iba a besar
su mejilla pero Gabriel lo impidió.
Entré lo más rápido que pude y busqué a Malena.
- ¿Que paso? – Dijo viéndome.
- Gabriel me vio con Sebastián. - tomé mi cabeza entre las
manos.
- Lo sé, estuve tratando de distraerlo pero igual se dio
cuenta… ¿Te dijo algo?
- No, sólo me envió adentro, seguro me va a matar – Dije
alterada.
- Shhh. – Siseó. – Ahí viene, silencio.
Gabriel entró por la puerta y la cerró tranquilamente luego me
miro y frunció el seño.
- ¿Sabes que te amo demasiado, hermanononote? – Sonreí
tiernamente.
- Sabes que eso no funciona conmigo. – Dijo serio. – Y ¿Por
qué mierda ESTABAS CON SEBATIÁN?
- Déjame explicarte… - Dije un poco temerosa, Jamás había
visto a Gabriel tan enojado.
- ¿Qué cosa? ¿Que estabas a los besos y los abrazos con Sebastián
en la calle? – Dijo indignado. – TE HE DICHO QUE TE ALEJES DE ÉL.
- Gabriel, cálmate. – Dijo Malena tratando de tranquilizarlo.
- Perdóname Melana, pero esto es entre Carina y yo.
- Tienes razón Gabriel… es mi culpa. – Agaché mi cabeza
mientras él me miraba sorprendido. – Te desobedecí, tú eres quien está a cargo
de mi… perdón. – Me volteé. – Con permiso, me voy a mi habitación.
Subí silenciosamente a mi habitación y me acosté pensando en
todo lo que acababa de suceder. Me hacía miles de preguntas y trataba de
elaborar una explicación lógica, pero no encontraba nada… El único hecho que
debía asumir era que él me gustaba y demasiado y que sería imposible de hacerle
daño. La mejor opción hubiera sido ir a su casa entrar de sorpresa y matarlo,
así de sencillo pero yo no era quien daba las órdenes… tampoco opinaba en
cuanto al plan rara vez tenía acceso. Sabía que iba a ser difícil fingir tener
una relación.
Unos golpes en mi puerta me distrajeron.
- Pase. – Dije sentándome en la cama.
- Carina... – Gabriel asomó su cabeza. – ¿Puedo hablar unos
minutos contigo?
- Si.
- Sobre lo que paso hace rato… yo, bueno nunca te había
escuchado decir perdón y como que… - rascó su cabeza.
- Sólo te di la razón. – Dije.
Suspiró. - Carina, algunas veces me hubiese encantado que
tuvieras otra vida. – Me abrasó.
- ¿A qué te refieres?
- A que realmente pudieras terminar tus estudios, tener
amigos, sin preocupación de tener que elegir entre tu trabajo y un chico.
- ¿Qué? – Dije sobresaltada.
- Malena me contó todo. – me miro.
- Oh. Bueno así que ya sabes…
- Si, igual yo venía sospechando. – rió.
- ¿A sí? – reí al igual que él.
- Si… esas salidas con Anabel era sospechosas.
- ¿Qué debo hacer Gabriel? Estoy confundida. – Apoyé mi cabeza
en su hombro.
- Lo que tú sientas correcto… sólo por esta vez te diré que
escuches a tu corazón y no te sientas presionada por el trabajo. – Besó mi
frente.
- O sea ¿Que si puedo salir con Sebastián?
- Si pero por ahora no quiero que lo veas… por 3 o 4 días…
- Ok.
Luego de la cena volví a recostarme para descansar, mañana no
iría a la escuela así que podría dormir hasta tarde