3 dic 2014

Capitulo 26

  Un ruido se escuchó afuera lo que hizo que se detuviera antes de tocar mi ropa interior.

- Quédate callada y en silencio.

  Lo único que hice fue asentir y cuando él se giró para espiar por una grieta tomé la navaja que había tirado y la escondí.
 
- ¡Es Estevanez! ¿Cómo supo que estabas aquí? – Dijo volviendo a mi enfurecido. – Tú le dijiste. – Me abofeteó tirándome al suelo.
- Yo no le dije nada, con qué quieres que le avise- Dije limpiando mi labio inferior.
- A mi no me engañes.
- Te digo la verdad.

  Fue ahí cuando sentí una fuerte patada en mi estómago. El muy desgraciado me había golpeado el vientre y un fuerte dolor comenzó a apoderarse de mí.

- IDIOTA. – grité con lágrimas en los ojos. – Esta me las vas a pagar

  Tomé todas las fuerzas posibles y le clavé la navaja en su pierna derecha haciendo que este cayera por el dolor.
  Me acerqué al él como pude y traté de clavarle otro puñal en el pecho pero este tomó mi mano justo antes de hacerlo.

- No me mataras tan fácil muñeca. – Dijo venciéndome y posicionándose arriba mío para hacer lo que yo iba a hacer con él. – Debiste haber hecho lo que te ordené desde un principio, ahora no podrás contar esta historia.

  Justo cuando creí que era mi muerte segura, Sebastián y Gabriel entraron por esa puerta y detuvieron a Russo antes de que pudiera clavarme esa navaja.

- Hernán Russo quedas arrestado. – Dijo Gabriel apuntándolo con una pistola mientras le ponía las esposas. Sebastián fue a socorrerme.
- ¿Te encuentras bien? – preguntó tomándome en sus brazos.
- Si, pero el bebé… - Dije a penas.
- ¿Qué pasó?
- Russo me golpeó en el vientre.
- No te preocupes… ¡GABRIEL! Llama a una ambulancia rápido. – Dijo gritando mientras que el me sacaba de ese asqueroso y horrible lugar.
- ¿Cómo me encontraron? – dije cuando él me depositó en el asiento trasero del auto.
- Ivana. – Hizo una mueca.
- Esa desgraciada. – Dije entre dientes.
- No te preocupes ella está donde debe estar…
- Sebastián…
- ¿Si?
- Tengo miedo. – Dije llorando.
- ¿Miedo de qué?
- De perder a nuestro hijo.
- Él está bien. Sólo ten fe.
- Sebastián. – Dijo Gabriel. – La llevaremos nosotros al hospital, la ambulancia tardará en llegar…
-Ok, yo la llevaré al hospital tu ve con Malena y encierra a Russo.

  Sebastián condujo lo más rápido que pudo hasta el hospital, allí me llevaron en una camilla hasta una sala donde había un montón de aparatos.

- Tú solo cierra los ojos. – Dijo una enfermera.

  Le hice caso y luego sentí como me colocaban un montón de aparatos en el vientre y en otros lugares.

***

  Me desperté con un poco de dolor de cabeza. Miré a mi alrededor y estaba en una habitación con una luz tan brillante que apenas podía ver. Giré un poco mi cabeza y pude ver a Sebastián allí a mi lado con su cabeza hacia abajo tomando mi mano.
  Sonreí un poco y luego traté de acariciarlo, pero el más mínimo movimiento hizo que él se levantara de golpe.

- Te despertaste. – Dijo susurrando.
- ¿Qué sucede? ¿Por qué lloras?
- Carina, debo decirte algo. – Dijo acercándose más y tomando más fuerte mi mano.
- ¿Qué pasó? – Dije asustada. - ¿Y mi bebé? – Comencé a llorar.
- Los médicos me dijeron que él era muy chiquito para soportar semejante golpe…. – Dijo con sus mejillas empapadas.